

Ayer vimos la Capela das Almas, callejeamos por Santa Catarina parando a tomar un café en Café Majestic. Visitamos la iglesia de Santo Ildefonso, la Catedral y la Estación de Sao Bento. Para la cena encontramos calles repletas de terrazas y restaurantes muy apetecibles cerca de la Torre dos Clérigos.
Oporto me ha enamorado, sus rojos tejados acumulados y desordenados, el chillar de las gaviotas, las calles estrechas, los azulejos azules, las preciosas fachadas desconchadas, me hace transportarme a una época que no es la mía y eso siempre me encanta.
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