
Os cuento un secreto
A veces me pregunto porqué decidí hacer muñecos y peluches. Como ya he dicho alguna vez soy diseñadora y algo que tenía bastante claro desde el principio es que quería producir algo con mis propias manos, poder fabricar mis propios diseños.
Pero lo primero que hice no fueron peluches, empecé haciendome ropa para mi misma, bolsos y complementos. Terminé haciendo muñecos y fueron estos los que lancé a la web, era el producto que realmente estaba dispuesta a hacer mil veces, y después de reflexionarlo mucho mucho mucho me he dado cuenta del porqué.
Y es que en algún momento en la creación de cada uno de mis muñecos, los Pocholines o los Benitos, o cualquiera de las muñequitas personalizadas tengo una sensación dificil de describir. A veces lo llamo el momento Geppeto, ese momento en que siento como si el muñeco me mirara, como si tuviera vida ^^
Podéis llamarme loquita si queréis, pero es una sensación que recuerdo con mucho cariño haber sentido cuando era pequeña, cuando miraba a mi osito favorito y sentía como si realmente me acompañara. Esa imaginación infantil que es tan bonita y que perdemos al hacernos adultos me acompaña en forma de flash cuando le “doy vida” a mis peluches, y es tan bonito que necesitaba compartirlo con vosotros, aún a riesgo de que me llaméis loca 😀
Y vosotros, ¿recordáis vuestro peluche favorito?
¿recordáis alguna sensación como la que yo os describo en vuestra infancia?
¿Teníais algún juguete preferido con el que existiera una conexión especial?
·
·
·
·
Comentarios